Apuntan que los docentes deberían esforzarse en mantener la atención de los alumnos para que éstos no sientan la necesidad de evadirse. Del mismo modo debería organizarse el uso de las netbooks.
Publicado el 29/06/2013 - Hace varios años que se está discutiendo si los celulares son compatibles o no con el ámbito educativo. La realidad es que los celulares han llegado para quedarse, y que los intentos de prohibición en las aulas suelen fracasar dados los usos y apropiaciones culturales de los jóvenes y porque la propia sociedad de la información, en la que vivimos, los incluye.
Sin embargo, muchos profesionales sostienen que el uso de este avance tecnológico no ha sido debidamente organizado para que no se convierta en un factor de distracción de los chicos en el aula.
“El celular sigue siendo un elemento de distracción y está prohibido su uso dentro del aula y durante el momento de la clase, pero es uno de los medios de distracción que utilizan los alumnos cuando no se sienten atraídos por lo que les está enseñando el docente”, considera la licenciada en psicopedagogía Ana Gálvez.
Del mismo opina de la utilización de las netbooks, cuando no hay un programa de actividades que involucren a todos los chicos.
El tema de las distracciones de los alumnos con las nuevas tecnologías ha despertado preocupación en el ámbito educativo, pues advierten que ahora los chicos se distraen con las mismas.
“Es una forma de evasión que a ellos les resulta valiosa porque les permite conectarse con otras personas que les interesan. Valoran mucho la relación, compartir cosas por fuera de ese ámbito que está institucionalizado y que tiene una fuerte impronta de autoridad”, analiza Martín Parselis, profesor de Comunicación Digital e investigador de la UCA.
Precisamente respecto de esa evasión, la licenciada Gálvez pone un ojo crítico en la actitud de los docentes, al asegurar que “ningún alumno pierde la atención a un objetivo de un docente en tanto ese docente mantenga una coherencia interna con lo que está enseñando y mantenga a sus alumnos participantes de sus objetivos”.
“Si el alumno se siente parte del grupo y del tema, es muy difícil que tome un celular para mandar un mensaje. No obstante debemos concientizarnos que el celular ha pasado a ser parte de nuestro cuerpo, y no sólo es una cuestión de los chicos, también ocurre con los adultos que en los lugares más insólitos están pendientes de su aparato”, amplió.
“Es importante que se fijen reglas claras y lógicas en el uso de internet, celulares y videojuegos, así como tiempo y momentos del día que pueden usarse los distintos dispositivos para que sean los chicos los que dominen a la tecnología y no al revés”, indica la licenciada Laura Jurkowski, directora de reConectarse, centro especializado en la problemática de internet y otras tecnologías.
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